“Siempre hubo algo ahí, ¿verdad, Marta?”, dijo Carlos, dirigiéndose a su compañera. “Recuerdo la forma en que se miraban en las reuniones, o cómo se buscaban el uno al otro en los pasillos sin darse cuenta. Era como una atracción invisible”.
Marta sonrió. “Sí, Carlos. Y la forma en que se preocupaban el uno por el otro. Si uno estaba estresado, el otro lo notaba y ofrecía ayuda sin pedir nada a cambio. Eso no es solo profesionalismo, es conexión humana genuina.”
Laura y Alex escuchaban las palabras de sus asistentes, sintiendo cómo el apoyo de su equipo se convertía en un abrazo colectivo. No solo estaban siendo aceptados, sino que sus compañeros celebraban su amor como si fuera una victoria de todos. Este respaldo les infundía una **nueva confianza**, una certeza de que habían tomado la decisión correcta.
La noticia de la pareja se extendió rápidamente por todos los departamentos, y la energía en Los Laureles era palpable. Las típicas conversaciones sobre cifras y proyectos se mezcla