91. Se sentía listo para recuperarla
Como a eso de las nueve, llegó al hospital central de Manhattan. La recepcionista lo reconoció, y por lo mismo, él aprovechó para pedir el expediente de Marene. Quería saberlo todo y si había al menos una posibilidad de que…
Suspiró, ni siquiera quería pensarlo.
— ¿Es usted un familiar directo, verdad? Porque es la única forma de que pueda proporcionarle esta información.
— Sí, yo soy su… — se tensó. Esas palabras habían dejado de ser parte de su vocabulario hacía mucho tiempo y todavía no sabía cómo se sentiría al retomarlas. Pasó un trago — soy familiar directo — completó a cambio.
La mujer asintió, hicieron la revisión correspondiente y le entregó la carpeta. Ese día él no se atrevió a subir a verla, no se sentía tan preparado después de lo de la noche anterior, pero, durante los días siguientes, mientras tenía un espacio entre una reunión y otra, se empapó de todo.
Marene había sido diagnosticada hacía cinco años atrás, en Colorado, justo el tiempo que había pasado desde que inten