36. Cancela tu compromiso y cena conmigo
Kira no protestó, al menos no al principio, y dejó salir una suave exhalación cuando el sabor de esa boca fiera le adormeció todos y cada uno de los sentidos.
Jack deslizó su lengua por los pliegues sensibles de la boca femenina y tomó ese rostro perfilado entre sus manos porque necesitaba poseerlo todo de ella. Kira se deslizó y se afincó intuitivamente a esa caricia, mientras sus labios se movían en consecuencia de los suyos.
— Nos están viendo, vayamos a casa — le pidió ella con la respiración contenida.
Jack se alejó un par de centímetros y la miró con ojos chispeantes, después asintió y pidió a Kiliam que ellos y sus hombres podrían retirarse a casa.
El camino estuvo trazado de completo silencio. Kira oteaba su ventana con la mente en blanco y Jack la observaba de reojo cuando se detenían en un semáforo; fascinado.
Tan pronto llegaron y ella introdujo la llave en su puerta, se dio la media vuelta y colocó la mano contra el marco, al mismo tiempo que Jack se topaba con su mirada g