El sonido del teléfono interrumpió el tenso silencio que había quedado entre Sebastián y Marco. Sebastián lo miró un instante, sin ganas de responder, pero el hecho de que fuera un número desconocido le hizo pensar que algo importante estaba ocurriendo. Sin decir una palabra más, estiró la mano y levantó el teléfono.
-¿Sebastián? -la voz al otro lado de la línea era grave y seria. Era la voz de Javier, una voz que no dejaba lugar a dudas sobre la naturaleza de la conversación que se estaba por iniciar. Javier había sido, durante mucho tiempo, uno de los enemigos más temibles de Sebastián. No solo por sus alianzas con Marco, sino por su astucia, su capacidad de manipular a las personas a su alrededor.
-¿Qué quieres, Javier? -respondió Sebastián, manteniendo su tono frío. Podía escuchar la risa burlona al otro lado de la línea, y eso solo aumentaba su desconcierto.
-Veo que finalmente decidiste despertar, Sebastián. -Javier no perdía tiempo. -Lo que pasa es que te has metido en algo muc