—¿Y no sabe que sexo es? —pregunta Alessandro ansioso y el doctor ríe.—Eso se sabe a los cuatro o cinco meses, ¿Desean obtener la ecografía para guardarlo? —Señala la imagen en la pantalla, la pareja asiente, el doctor saca la imagen, se los entrega y salen de la habitación.—¿Nos vamos a casa? —Sam asiente.—Por favor, tengo mucha hambre y después visitemos a tu abuela para la próxima cita. —Él asiente y besa su cabeza.—Estoy de acuerdo.Llegan a casa y Alessandro le prepara algo de comer a su chica, Sam se sentía mal así que subió a la habitación a acostarse, su teléfono comienza a sonar y era una notificación, su correo electrónico, lo revisa y cambiaron la entrevista de la universidad para el día siguiente, o sea que Sam debería estar viajando ya, apaga su celular y como puede se levanta, baja para decirle a Alessandro, no tenía planeado decírselo, pero así tenía que ser.¿Cómo se iría sin que él se diera cuenta? Obvio no le quedaba de otra que decirle, cuando llega a la cocina
—Yo te hablo como yo quiera. —Estaba ciego por su dolor.—¿Ah sí? ¿Qué mierda te pasa? ¿Por qué me estás hablando así? —Ella lo encontraba injusto.—¡Maldita sea Sam! Mi nonna murió, mis sentimientos están a mil, tú te fuiste arriesgando la vida de nuestro bebé, ¿Qué pasaba si se hubiese estrellado ese maldito avión? Me hubieses terminado de matar Sam.Su voz se quebranta, su cabeza solo pensaba en los posibles accidentes que podía tener Sam mientras Ale no estaba y él obviamente no quería que le pasara algo malo.—Ale, yo me sé cuidar sola, tenía que venir para ser aceptada a la universidad. —Suspira—. Lo lamento por tu nonna amor, te amo, te prometo que todo saldrá bien, si me hubiese enterado antes ni estaría acá, lo siento, como quisiera estar contigo apoyándote en estos momentos. —Él parte en llanto sin poder controlarse, y desearía no mostrarse tan vulnerable ante su chica.—Eso es mentir, tú no me amas Sam, si no hubiese ido a la ecografía, hubiese hablado con mi abuela por úl
—¿Amor? Te traje un té, ¿Cómo te sientes? —Ale entra a la habitación con una taza en las manos mientras Sam se sentía mal por lo que su padre le había dicho en el cementerio.—¿Cuándo regresaremos a Argentina? —Se sienta para mirarlo.—Acabamos de enterrar a mi abuela Sam —se explica.—Lo sé amor, pero debo irme, no quiero que mi padre me odie y me tengo que ir sola para calmarlo, pero tampoco deseo darle la razón que el padre de mi hijo es un imbécil por dejarme viajar sola. —Alessandro suspira y se sienta en la cama.—Amor, solo nos quedaremos unos días, así aprovechamos visitar los lugares que nunca visitamos por mi culpa, te hice enojar tanto que te quisiste regresar. —Da media sonrisa.—Ale, mi padre está enojado conmigo. —Se cubre la cara con sus manos.—Entiendo amor, solo dale tiempo, eres su pequeña. —Toma una de sus manos y las besa.—Ale, ¿Tú quieres que nosotros vivamos en Italia para siempre? —pregunta recordando lo de Antonella.—Si por mí fuera sí, pero no es una decisi
***—Entiendo mamá, gracias a ti por entender. —Sam hablaba muy a gusto con su madre.—Sigue disfrutando nena, está es una rabieta que pronto se le pasará a tu padre, no importa a veces lo que vayas hacer, lo que importa es que estés segura que será un buen resultado, no te has graduado, pero literalmente tienes todo, sin embargo, es decisión tuya seguir estudiando. —Sam no podía creer lo que le decía su madre.—¡Estás loca mamá! Obvio que estudiare, hay que tener todo listo, uno nunca sabe si mi amor con él funcionara y me tocara estar sola. —Aunque no la pueda ver, su madre le pone los ojos en blanco.—Ok, como tú digas, solo digo que disfrutes tu presente. —Sam lo comprende, pero igual no haría eso, ella tenía que saber a resolverse sin el dinero de Alessandro.—Bueno, tengo una pregunta que desearía consultarte. —Ella se muerde el labio.—Claro cariño, si es por tu bebé, con gusto desearía verlo, aunque tú también tienes que venir a ver a tu hermanita o hermanito cuando nazca, que
—No quisiera arruinar tu viaje familiar. —Toma su mejilla y la acaricia.—Tú eres mi familia. —Toma su rostro entre sus manos y unen sus labios.Había conversaciones pendientes, pero por tantos inconvenientes no han tenido tiempo para poder hablarlo, sin embargo, tal vez su relación surgiría, pues se ha demostrado que se aman tanto, aunque el otro siga fallando, no podían ver solo los momentos malos.—No lo sé Ale. —Se despega del beso.—Al menos dime que lo pensarás. —Toma su mentón para que se puedan mirar y ella asiente.—¿Y si atrasan ese viaje? O ¿Vamos tú y yo después? Por favor. —Ale ríe y se niega.—Ya lo he planeado con mi padre, no creo que quiera atrasar el viaje, necesitamos ese viaje, lo hacemos por nonna. —Ella asiente y lo comprende.—Entonces trataré de pensarlo. —Aprieta sus labios.—¿Y si vivimos aquí? Terminas tus estudios aquí —propone como una gran idea y ella lo mira mal.—Alessandro, no sé el idioma, me atrasaría más, es más, creo que estoy considerando volver a
—Claro que sí, nunca te he visto con un traje, pero seguramente te debe quedar muy sexy. —Le guiña el ojo, muy coqueta.—Otra provocación más y me veré obligado a cogerte aquí mismo. —Ella arquea una ceja divertida.—¿Y qué te lo impide? —Él la ve levemente sorprendido.—Tú privacidad y respetarte en público. —Besa sus labios, se separa de ella, toma su mano y vuelven a su camino.Ale la guía hasta uno de sus yates y no estaba demás saber que es de él, aquel yate s elegante y con nombre «La Nonna», ¿Tanto amaba a su abuela así? Era muy tierno todo. Se montan en aquel yate lujoso, van al puente de mando, Ale prende el yate y se van.—Como que, si nos hará falta aquellas citas, no sabía que podías manejar yates. —Esta impresionada a su lado.—Trato de ser un hombre completo, dispuesto a hacer de todo en casos de emergencias, además, esto no es tan difícil. —Toma la cintura de Sam y la coloca al frente de él.Toma sus manos y comienza a enseñarle a navegar, se veían tan lindos, hacen una
—No seas dura contigo misma, amor, yo te ayudaré, no es tan difícil, pero lo entiendo, anda hacer las palomitas de maíz.Ella se voltea y él le da una nalgada antes de que se vaya al otro lado de la cocina para buscar en los gabinetes la bolsa de palomitas de maíz.Él admira su silueta por un largo rato observando su trasero mientras se muerde el labio, ella saca la bolsa del gabinete y camina hasta el microondas para meterlas ahí, él deja todo como está y se pone detrás de ella, la toma por la cintura pegando su culo contra su verga, ella lo ponía tan duro, tienen una combinación perfecta de romance y perversión.Ale aspira el olor de su cabello amarrado en una coleta, baja su nariz deslizando por su cuello, respirando profundamente su piel, tenía un olor playero ya que no se han dado un baño después de la cueva, le planta un beso y ella se le sale una risa nerviosa.—Eres un suertudo, mi embarazo hace que me den muchas ganas de sexo cada segundo, así que no podría rechazarte.Lo hac
—No existe el hombre perfecto, si sigues así no conocerás a alguien, así que deberías buscarte una pareja para que seas feliz y dejes de joder a los demás —concluye y ella sonríe perversa.—¿Me ayudarías con eso? —pregunta con picardía y descaradamente, él ve a Sam quien estaba molesta, Ale le quita las manos de su pecho y la mira mal.—Mi novia está presente así que podrás suponer que no estoy disponible. —Ella le pone los ojos en blanco.—Yo quiero contigo, no con ella. —Él desorbita los ojos, no podía creerlo, ¿Por qué justo ahora? Isabella solo quería joder.—¡Estás loca! —Se separa completamente de ella y se voltea para mirar a su chica, pero ya no se encontraba presente, Ale toma su saco y camina a la salida.—¡Que aburrido y desperdicio de hombre! —grita Isabella logrando que eso sea lo último que Alessandro pueda escuchar.Él sale de la tienda y logra ver a su chica, no estaba tan lejos, corre tras ella y sujeta su mano.—Amor espera. —Ella se voltea bruscamente a mirarlo—. No