Capítulo 34: La supervivencia del más apto.
No lo pensé dos veces y lo golpeé en las bolas. Se dobló a la mitad hasta caer de rodillas.
No había mucho lugar donde correr, mucho menos donde esconderse. ¡Santo cielos! Estaba atrapada en medio del mar, en una pequeña superficie sobre el agua. ¿Qué carajos podía hacer?
Fui hasta el tablero y con manos temblorosas tomé la radio.
—¡Ayuda, ayuda! ¿Pueden escucharme? Un hombre está intentando matarme —presioné la radio mientras que con la otra mano hice el intento de prender el bote.
Este no se movía, el motor se limitó a toser y apagarse.
¿El motor en verdad estaba dañado? ¿No era parte de su plan fingir quedarnos varados en medio del mar?
Solo pude escuchar ruido estático del otro lado del radio.
Volteé en el momento que David estaba detrás de mí. Un chillido horrorizado desgarró mi garganta.
Me aparté justo cuando se abalanzó contra mí. Chocó contra el tablero y corrí hasta la popa la cual no estaba muy lejos, eran solo unos pasos.
Me sentía en una trampa mortal. No había lug