••Narra Charlotte••
Sentía todas mis extremidades ligeras y la oscuridad me rodeaba , pero había un pitido constante en mis oídos. ¿Qué era eso? ¿Dónde estaba
Obligué a mis ojos a abrirse, sintiendo los párpados pesados. La luz de la habitación me cegó hasta que pude enfocar correctamente.
Y entonces lo vi.
Frederick estaba allí, sentado en una silla junto a mi cama, inclinado hacia adelante con la cabeza apoyada en el borde del colchón, agarrando mi mano con la suya. Dormía, pero incluso en sueños, su expresión estaba tensa, marcada por la preocupación. Tenía ojeras oscuras y parecía haber envejecido diez años en unas horas.
Porque solo habían pasado algunas horas, ¿verdad?
Un dolor sordo y lejano pulsaba en mi bajo vientre. El recuerdo regresó en flashes: el quirófano, la luz brillante, el pánico, la voz de Frederick, el sonido de las máquinas… Y luego, una oscuridad profunda que me arrastró hacia abajo.
—Frederick —susurré, y mi voz sonó áspera, como si no la hubiera usado en años