Pasamos la noche juntos sin hablar o tener sexo, solo nos miramos hasta quedar finalmente dormidos. Estamos en paz, es la primera vez desde que nos conocemos que a pesar de tener tantos problemas y desearnos sexualmente, no nos desesperamos por tener sexo.
Fuimos íntimos de una manera diferente, por eso, me siento bien, despertar en sus brazos cálidos y sus feromonas acariciando cada parte de mí.— Buen día, amor. — dice Edmond con una voz tan ronca que debo esforzarme por no gemir complacida.— Buen día, ¿Cómo has amanecido? — susurro deseando que el tiempo no pase.— Muy bien, después de todo, estás a mi lado, cariño. — dice Edmond y yo me sonrojo.— Jamás pensé que podríamos llegar a este día donde fuera posible disfrutar un tiempo de tranquilidad.— Incluso los villanos sabemos tener un día tranquil