Esta vez es mi momento de abrazar a Carolina y como antes, llora desconsoladamente, mientras yo palmeo un poco su espalda para que recuerde que no está sola. Es así como duramos varios minutos sin yo saber qué es lo que debería hacer.
No, sí sé que es lo que debería hacer, pero, no quiero hacerlo. Yo no deseo dejar la manada que ha sido tan buena conmigo cuando no lo merecía y aun no lo merezco.‘Por eso Robert me trataba tan mal. después de todo, es lo único que merezco.’ Me digo mentalmente.— Nuestra relación ha muerto, solo coincidimos en el sexo, porque nos gusta el mismo salvajismo, pero, cuando creo que todo está bien, vuelve a pedirme algo que no podré darle nunca.— Entonces…— Lo mejor que me puede pasar es mantenerme aquí contigo, porque si no, siento que pronto nos divorciaremos, porque el sexo no es suficiente.