Después de terminar la película, Brenda y Madelaine seguían sentadas cómodamente en la cama, envueltas en una manta que compartían. La película había logrado distraer a Brenda por un rato, y aunque sus preocupaciones seguían presentes en un rincón de su mente, se sentía más ligera en compañía de su amiga.
Madelaine, por su parte, parecía más animada. Había estado observando a Brenda, tratando de elegir el momento adecuado para hablarle de algo que llevaba tiempo queriendo compartir. Finalmente, decidió que era hora.
—Brenda, tengo que contarte algo. —Madelaine sonrió tímidamente mientras jugaba con un mechón de su cabello—. Jamal y yo… estamos mejor que nunca, siento que hasta podríamos formalizar nuestra relación de otra forma. Aunque no me quiero precipitar a los hechos.
Brenda giró la cabeza hacia su amiga, con una expresión de sorpresa y curiosidad.
—¿En serio? ¡Eso es maravilloso, Madelaine! —exclamó con entusiasmo, su tono genuinamente feliz por su amiga—. ¿Y cómo te sientes al