Capítulo 17: Una figura en la puerta.
Tres días han pasado desde que llegaran a la villa, Vania ha aceptado su destino de la mejor manera posible, lo único bueno de estar allí es la cantidad de libros que tiene a su disposición. Así que, luego de meterse en la cocina todas las mañana para preparar alimentos y aprender a hacer conservas, las tardes las usa para leer.
Esté o no Mateo allí, entra al despacho a sacar el libro que está leyendo y se busca algún espacio de la casa para leer tranquila.
Ya ha terminado con Hamlet, así que ahora va por un clásico español, El Mío Cid. Esos tres días leyó en la piscina, pero esta vez decide cambiar de lugar, para no dar pie a que Mateo le perturbe la paz.
Se va al campo con las ganas de sentir el aire fresco en ese día tan caluroso, camina por un sendero de piedra y se sienta a los pies de un árbol, en donde la brisa se siente más deliciosa, lo cual agradece porque el sol arremete con fuerza.
En la casa, Mateo termina de dar las órdenes en su despacho de lo que se debe hacer en