Capítulo 23. Ajustar el juego (parte 1)
Aston Myers
La puerta se cierra y espero un portazo cómo mínimo, pero no sucede. Lo hace fuerte, pero sin violencia. Con elegancia, pero firme.
Como si romper el jodido contrato en mi cara no hubiese sido declaración suficiente, se marcha dejándome esa estúpida frase, sin siquiera voltear a verme.
«Estoy… ¡Mierda! ¿Cómo estoy?».
Ella no necesitó gritos o alzar la voz en ningún momento para desconcertarme. De hecho, romper el contrato fue solo la cereza del pastel. Lo que más me jodió fue su risa, su burla. Porque la primera fue espontánea; las otras, aunque genuinas, fueron más calculadas.
Ella se estuvo burlando de lo que le ofrecí, de lo que quiero de ella. Del maldito esfuerzo que hice durante la noche para tener listo ese jodido contrato.
Me quedo inmóvil, todavía en mi lugar, con los restos del contrato esparcidos sobre mi mesa como si fueran evidencia de un crimen que no sé cómo cometí.
«Esto es una maldita locura».
Algo en mi pecho arde, sube y desordena todo lo que siempre he t