Capítulo 20. Mentirosa (parte 3)
Juliette Moreau
Aston pierde el control.
El sonido del envoltorio rompiéndose es la última advertencia. No lo miro directamente, pero es como si lo hiciera. El calor de sus ojos mientras se coloca el condón se siente como un rayo contra mi piel.
Él se acomoda detrás de mí, apoya su mano con firmeza en mi cadera y roza su pecho en mi espalda cuando baja apenas la cabeza y respira contra mi hombro.
Sus dedos se clavan con fuerza, exigiéndome una quietud que me cuesta darle.
—No sabes en qué demonios te estás metiendo —advierte, y su voz es pura adrenalina contenida.
—Ya te dije… —respiro, con el cuerpo al borde del colapso—. No te contengas.
Él apoya la frente en mi nuca por un instante al escucharme. Es un gesto corto, dura un solo segundo, luego lo siento empujar mis caderas hacia atrás con un agarre capaz de quemar.
—Después de esto, eres mía, Juliette...
Con el corazón acelerado, resisto lo que eso me hace sentir.
—Vete al infierno.
—Ya estoy ahí —gruñe—. Pero tú viene