Capítulo 21. Nuevos términos.
Aston Myers
La puerta de su habitación se cierra de golpe y la siento como si la tuviera en mi puta cara.
«Pero… ¿Qué carajos acaba de pasar?».
Me quedo ahí parado, completamente inmóvil, como si mi cerebro hubiera decidido desconectarse para evitar explotar.
Sé que debería moverme, que debería hacer algo. Ir y tumbar la puta puerta, en primer lugar, para luego recordarle con quién m****a está hablando. Pero no lo hago.
Todavía siento su olor en mi piel, su respiración agitada, su cuerpo estremeciéndose por un orgasmo que al fin le otorgué, pero es solo un eco de lo que acaba de pasar.
Estoy en shock, esa es la realidad. Le doy lo que tanto ansiaba, lo que tanto estaba deseando y lo que la tenía rabiando, pero entonces ella… ella...
«¡Joder! Ni siquiera puedo ordenar mis pensamientos».
Me suelta todo eso. Me vomita su veneno como si no acabara de rogarme sin palabras hace dos minutos. Cómo si su cuerpo no hubiese cedido ante mi toque, desmoronándose en mis manos.
Cierro los