Había cosas en las que Frederick no podía intervenir ni tenía poder para hacerlo, así que sólo podía mantenerse al margen y ver cómo se desarrollaba el drama.
Sofía parecía inocente, pero sus ojos estaban llenos de intrigas, lo que hizo que Frederick no le tuviera cariño.
Comparada con ella, la tranquilidad y franqueza de Katherine hacían que Frederick se sintiera más cómodo, pero Anthony aún no la había visto, prefiriendo confiar en su amiga de la infancia, Sofía.
—De acuerdo, entiendo...
Sofía respondió vacilante, pero quería saber por qué Anthony estaba borracho. Preguntó con cautela: —¿Qué le pasa a Anthony? ¿Por qué ha bebido tanto? ¿Le pasa algo?
Si Anthony tenía algún problema, ni siquiera ella, que estaba con él día y noche, lo sabía. Frederick sólo podía adivinar lo que pasaba por la cabeza de Anthony.
Sofía aún tenía reservas, si no, no se lo ocultaría todo.
Anthony era reservado y nunca se abría del todo a Sofía. Como un erizo con las espinas levantadas, acercarse sólo le c