—¡Sofía! Dime, ¿es por tu culpa? Me has quitado la sangre, ¡y ahora torturas a mi padre con los mismos métodos!—. Los ojos de Katherine se enrojecieron, su mirada se llenó de rabia.
Sofía se soltó con fuerza del agarre de Katherine, saboreando su triunfo. —No podría lograr esas cosas por mí misma. Anthony me quiere de verdad. Katherine, ¡no significas nada para él! ¡Creo que dentro de poco recuperarás el cadáver de tu propio padre!
Sofía se rió al marcharse, dejando a Katherine atónita en su sitio.
Padre... ¿Debería ver cómo se sufre su padre?
¡No!
No podía quedarse de brazos cruzados, ya que no había conseguido salvar a su madre.
—¡Anthony!
Katherine irrumpió en la habitación de Anthony, apretando los dientes mientras exigía: —Dime, ¿dónde está mi padre?
La expresión de Anthony se ensombreció. —¿Qué rumores has oído?
—¿Rumores? —Katherine soltó una carcajada amarga. —Anthony, ya que te has atrevido a hacerlo, ¡no tengas miedo de que lo sepa ahora! Por esa despreciable mujer, Sofía, y