"¡Elea, gracias!"
El cálido beso que Axelle le dio a Elea en la frente complementaba la dulzura del hombre, quien desde anoche había estado elogiando y adorando a Elea de tal manera. Esta mañana, mientras Elea ayudaba a Axelle a ponerse la camisa, Axelle inmediatamente la tomó por la cintura y le besó la frente repetidamente.
Elea se sonrojó; su pecho volvió a palpitar al recibir el cálido toque de Axelle, quien día tras día volvía locos su corazón y su mente. Había pasado casi un mes desde que Axelle le declaró su amor, pero hasta este momento Elea nunca le había correspondido. Axelle estaba intrigado, cada vez más loco por obtener una declaración de amor de Elea. Axelle le había dado varios regalos y muestras de afecto, pero, por desgracia, Elea seguía sin corresponder a su amor.
"¿Elea, qué me falta? ¿Todavía no confías en mí?" preguntó Axelle.
"No te falta nada," respondió Elea mientras se liberaba del abrazo de Axelle y se daba la vuelta para ordenar la cama, que todavía estaba d