Se despidieron y cuando Marta se fue. Se quedó viendo inquieta el celular.
“Han pasado tres horas desde que me fui de la empresa y Vicente no me ha llamado. A estas alturas María le debe haber dado mi recado. ¡Diantres! Como quisiera saber que le dijo Arturo… ¡Voy a llamar a María!”
Marcó el número personal de María.
—¡Aló Sofí! ¿Cómo estás? ¿Ya te sientes mejor?
—Sí, María, ya estoy mejor. Te llamo para preguntarte si ya le disté mi recado a Vicente…
—Sí, Sofía, apenas te fuiste lo hice. Le dije que te sentiste mal y por eso te retiraste temprano.
—¿Pero no dijo nada?
—No, nunca levantó la cabeza de los documentos que estaba revisando, y sin mirarme me dijo que si eso era todo que me retirara. Hasta ahora solo se comunicó conmigo para decirme que iba a recibir una llamada de Italia y que no quería interrupciones. Que cuando se hiciera la hora de la salida me retirara, y avisara a Miguel, su jefe de seguridad, que él se iba a quedar en la oficina trabajando hasta tarde.
—Está b