— ¿Inesperado? —preguntó frunciendo el ceño.
—Porque resultó... tan intenso, tan apasionado... hasta antes del final Como todos nuestros encuentros—agregó, sonrojándose.
— ¿Y cómo fue el final? —indagó él con interés.
—¿Acaso no me escuchaste gritar tontito? Fue la experiencia más maravillosa de mi vida.
—Te amo y por favor preparemos rápido los preparativos para la boda, ya deseo que seas mi esposa.
—Le pediré a Elba que me ayude a organizarla.
Vicente expresó su gratitud besándola y acariciándola con tanta pasión que transcurrió cierto tiempo antes de que volvieran a la realidad.
Vicente, al fin, aceptó de mala gana que debía llevar a Sofía a su casa.
—Amor, déjame enviar, una información importante por correo y en un momento nos vamos.
Cuando él se sentó detrás de su escritorio, Sofía le dijo con picardía.
—Jefe, quiere que le prepare un café como a usted le gusta.
Él la miró divertido y le respondió.
—Por favor, señora Espinoza, me encantaría.
—Enseguida se lo traigo,