72. Una inesperada visita
Camina de un lado al otro. Con la mano en la cintura y por instantes sintiéndose devastada, Altagracia no para caminar de un lado al otro.
El sonido de la puerta llama su atención y de una vez salta a recibir al fiscal Omar, quien llega con Gilberto. Ya es hora de la cena, muy entrada la noche para perder más tiempo. Altagracia estira la mano para estrechar el saludo.
—Lamento hacerlo venir a ésta hora pero necesito con urgencias hablar con usted sobre —toma aire—, el hijo de Altagracia Reyes. Sé que usted abrió una búsqueda porque ella se lo pidió.
El fiscal Omar se acaricia su mostacho.
—Hace un tiempo de eso. Luego de la muerte de la señora Altagracia se estuvo buscando al niño por dos meses: no hubo respuesta. ¿Por qué pegunta ahora eso, señorita Ximena?
—Hay alguien, una mujer…qué dice ser hermana de una anciana que noches después llevaba a un bebé cerca de la carretera donde todo ocurrió. Necesita interrogarla, ¡Y necesita buscar a esa mujer!
—Un momento, cálmese. Iremos por par