Ana es una chica de 17 años a punto de entrelazarse con su ser espiritual, su loba interior. Pero, en cuanto se encuentran, la tragedia baña de sangre su vida, todo por manos del alfa de su manada, el alfa Casius. Levy está muy ilusionado, ha logrado convertir en Luna a su amor de toda la vida, su amada Violeta, sin importarle la advertencia de la sabia del pueblo. Pronto se ve envuelto en una mar de dolor por culpa de sus decisiones y la maldición que lo persigue. Ana y Levy están marcados por su pasado, quienes solo ven una posibilidad para su futuro, sin siquiera prestarle atención a sus instintos, a pesar de la atracción que sienten el uno por el otro. Pero el destino les mostrará que él no se equivoca y que a pesar de ambos tratan de alejarse del camino él buscará la manera de que vuelvan a él, envueltos en llamas por la pasión que sienten el uno por el otro. ¿Podrán escapar a su destino? ¿O simplemente, se dejarán arrastrar por su pasado? Y mientras lo descubren, un amor que quema sus corazones, los une y separa constantemente, a tal punto de que no pueden vivir el uno sin el otro, en una relación tan excitante como embriagadora.
Leer más~~~Ana.― ¿Estás bien? ―me dice Peyton preocupado, al tiempo que mi corazón continúa exaltado por todo lo que Ateba me acaba de revelar―te he puesto un relajante, para que te sientas mucho mejor―trata de calmarme, al tiempo que me palmea la mano.Y me doy cuenta de que estoy en la habitación de un hospital, en donde se encuentra Cinthia, también.―Sí, me siento mucho mejor―trato de disimular, porque en el fondo no me siento para nada tranquila, después de todo lo que Ateba me acaba de revelar.―Me alegro tanto―me indica Cinthia con una sonrisa, la cual le correspondo―pero me gustaría volver a la casa, si no tienen problemas―solicito, pero es Peyton quien mueve su cabeza de lado a lado.―Creo que sigues muy impactada por todo lo que ha pasado con tus hijos―me dice ahora Cinthia, quien le da una mirada cómplice a Peyton.―Pienso lo mismo, me preocupa mucho la fiebre y los delirios que has tenido―responde él, algo que me alarma, porque tal parece que la visión fue una especie de alucina
~~~Ana.Siento como si mi cuerpo estuviera cayendo en un abismo, igual que me pasó hace dos años, porque todo está envuelto en oscuridad e incertidumbre.Y poco a poco se va dibujando una escena, de donde provienen luces que enmarcan un salón enorme, con gente vestida como en otra época. Todo es muy elegante, como si de repente estuviera entrando en una especie de celebración.En el fondo de la habitación hay un trono, en donde se encuentra sentado… es un hombre alto y fornido, de mirada penetrante y cabello espeso, de porte elegante que muestra su fuerza.Muy parecido a Levy, algo que me corta la respiración.―Mi alfa―dice una mujer elegantemente vestida, con el cabello rojo y un mechón de cabello blanco, igual al que tengo ahora, desde mi enlace con Ateba, la loba blanca―pronto estarán aquí los invitados, para la ceremonia por nuestros hijos―le dice y él da un asentimiento de cabeza complacido, al tiempo que detrás de ella salen cuatro niños, dos niños y dos niñas, los cuales parec
~~~Ana.Ateba está muy inquieta en mi cuerpo, como no sabía que podía estar un espíritu lobo. Pensé que estaría feliz de saber que Sanjay seguía aquí, entre nosotros, al igual que me sentí en cuanto vi a Levy, aunque se mostrara tan frío conmigo.Con que estuviera vivo era suficiente para mí, aunque ya no fuéramos nada.Es cuando me río, porque él y yo nunca fuimos algo, una concubina, la madre de sus hijos, el recipiente que llevaba a sus bebés.Él y yo jamás fuimos una pareja, eso es claro para mí.Y, sin embargo, el sentimiento de saberlo bien, de querer su bienestar, es importante para mí."¿Y qué se supone que significa ese nombre?", le pido saber, mientras Peyton y Cinthia se enfrascan en una conversación por todo lo que nos ha ocurrido en el palacio.Están muy disgustados y burlados, luego de todo el esfuerzo que han puesto en reivindicar a Peyton, para que ocupe su justo puesto, tal y como debía de ser.En otro momento, los acompañaría en su pena, pero ahora hay cosas más apr
~~~Ana.En este momento siento como mi cuerpo comienza a temblar, ante la presencia del padre de mis hijos.Uno al que creí perdido, que fui a buscar mil veces a la montaña, al igual que a mi pequeño Levan, a pesar de que el puente estaba irremediablemente destruido.¿Y ahora se presenta así ante mí, como si nada?¿Sin una explicación o una disculpa?¿Cómo pudo escapar de la bestia?― Todo este tiempo... ― le digo, aun temblando― ¿tuviste a mi bebé y no fuiste capaz de darme una tranquilidad como madre? ― le reclamo, llena de ira― ¿y ahora envías a esta mujer para quitarme a mi otro bebé? ― le espeto, a pesar de todas las cosas que quisiera decirle.― ¿Papá? ― dice ahora Lennon, quien está luchando con la protección de Peyton― por favor, padrino, déjame ir con papá― le pide, pero Peyton mueve su cabeza de lado a lado.― Ya habrá tiempo para eso―le indica, al tiempo que me da una mirada cómplice, la cual le devuelvo.Porque ni loca le permitiré a mi bebé irse con su padre.Ya he perdi
~~~Ana.― ¿Por qué todo tiene que ser tan difícil contigo, Ana? ―me dice la Luna con sorna, al tiempo que suelta a Levan, bajando el puñal y pasándole la mano por la cara con ternura, y él le corresponde, como si no hubiera amenazado su vida hace un minuto, algo que rompe mi corazón.Ella ha usurpado mi puesto por tanto tiempo como su tutora, que mi hijo ya la quiere y confía en ella, como si fuera su madre.―Solo permite que tus hijos reciban la instrucción que necesitan y ya―me indica, con una sonrisa de satisfacción―tienes que ser menos egoísta y permitirle algo a lo que tienen derecho―señala, tratando de hacerme sentir mal.Pero no lo conseguirá.―Si fuera por mí... ―le digo, pero se me cortan las palabras por el dolor, y trato de reprimir las lágrimas―si estuviera en mis manos, me hubiera quedado toda la vida en Luna Creciente, en donde mis hijos y yo éramos felices y en donde la herencia de su padre nunca los hubiera alcanzado―le respondo y miro a Levan, quien parece asustado―d
~~~Ana.Siento mi corazón muy pesado, al saber que todo este tiempo Levy ha estado vivo, escondiéndose de mí, mientras estaba disfrutando su vida con la que siempre fue su Luna, la primera y la única.La mujer por la cual me despreció y jamás quiso unirse conmigo, salvo cuando se sintió amenazado.Ahora ambos deben estar muy felices, disfrutando de su amor y de mi hijo como si fuera aquel que nunca pudieron tener.―Le ruego, mi Luna, que me permita irme con mis hijos, aunque sea por un día, si está dentro de su generosidad―le digo con una reverencia, sin pretender mirarla a los ojos.No, no me voy a preguntar absolutamente nada, solo quiero de vuelta a mis bebés y si ella y Levy quieren ser felices juntos, después de todo este tiempo, que lo sean, no quiero saber."Pues, yo creo saber de quién se trata", me dice Ateba muy preocupada, "ella tiene algo maligno… aunque no estoy muy segura de lo que se trata", me señala, y ahora trago en seco, solo de pensar que mis niños están amenazado
~~~Peyton.―Pero, si se suponía que solo recibiría las credenciales hoy―les digo a los miembros del concejo, quienes parecen tener todavía dudas acerca de mi linaje―no creí que tendría todo este interrogatorio―les señalo y ellos me siguen mirando como si nunca me hubieran visto.Es cierto, ni siquiera me crié en esta manada, pero no ha sido mi culpa, sino de las circunstancias en las que nací, cuando mi madre tuvo que ocultarse para que alfa Casius no la encontrara.―No nos malinterprete, señor Peyton, es solo que nuestro nuevo alfa tiene que ser una persona muy capacitada, o toda la manada se verá afectada―me señala uno de los concejeros.―Y no encontrarán mejor candidato que Peyton, por supuesto―dice mi madre, que viene entrando al salón del concejo. haciendo que algunos murmuren "Luna Diana", al tiempo que otros le hacen una reverencia, ―porque no solo es hijo del legítimo alfa de la manada, el alfa Cayius, sino que es mi hijo, que soy una sangre alfa, además―les recuerda, algo qu
~~~Ana.―Es un placer volver a verte, Ezra―le digo con una sonrisa y él me la devuelve―me gustaría saber en dónde está Levan, si me puedes ayudar―le pregunto directamente, quien tiene mejor actitud que el tonto de Amadeo.―En seguida lo mando a llamar―me dice y de inmediato le ordena a sus hombres.Entonces, lo veo.Está más alto que Lennon, y ahora que es mayor, se parece más a su padre.Y me lleno de nostalgia, al recordar a mi pequeño cuando todos vivíamos en Luna Creciente, así que me acerco a él para comprobar que es cierto, que está frente a mí y que no es otro de esos sueños que me torturan sin cesar, preguntándome en dónde se encuentra― ¡Mi Levan! ―le digo toda emocionada y por un momento, el titubea.― ¿Mamá? ―me dice aún anonadado y luego mira a mi lado― ¿Lennon? ―lo llama, aún desconcertado.―Pero ¿Cómo has estado, mi dulce niño? ―le pido saber, luego de que nos separamos y él respira profundo― ¿te han tratado bien? ―le digo.―Sí, mamá―me contesta casi como si fuera un mi
~~~Ana.Entonces, lo escucho hacer un bufido, como si mi presencia le incomodara, y si no tuviera que quedarme a esperar a que llegue el otro vehículo con Cinthia y Lennon, me hubiera ido a esperar a Peyton a cualquier otro sitio.Es cuando lo veo meterse la mano en el bolsillo y sacar unas fotos las cuales me muestra de inmediato.En los retratos aparecemos Lennon y yo a lo largo de los últimos años, como si este hombre fuera una especie de voyerista o algo peor, lo cual me hace temer por mi pequeño.Así que lo miro muy bien a la cara y me paralizo por un momento.― ¿Amadeo? ―le digo anonadada, ante la última persona que estuvo a cargo de mi hijo mayor, Levan― pensé que tú y todos habían muerto―le digo aún estupefacta.―Pues, ya ve que no es así―me contesta, resoplando con fuerza.― ¿En dónde está mi hijo Levan? ―le digo, mirando a uno y otro lado, por si puedo verlo en alguna de las columnas del gran salón a él... y a su padre.Y me llevo una gran decepción.―Dime por favor, cómo h