En medio del caos en la mansión en ruinas de su padre, Renatto corre con Isabella entre sus brazos para llegar al auto. Riccardo junto a él, intentando hacer que Isabella despierte, pero no lo consigue y eso solo aumenta la ansiedad de Renatto.
—La llevaremos a la mansión —dice, sin dejar de ver a su mujer.
Riccardo, consciente de lo que su hermano está pasando en ese momento, coloca una mano sobre su hombro en señal de apoyo.
—Tal vez solo esté cansada. Esta mujer ha estado imparable todos estos días, dale un respiro.
Pero Renatto no se quedará tranquilo hasta que no sepan qué es lo que tiene.
Al llegar, todos corren para abrir las puertas y en pocos minutos, Renatto deja a Isabella en su cama.
El silencio en la mansión es abrumador. La victoria contra Daniel Corleone se siente vacía cuando Isabella no despierta. Renatto camina de un