Catherine se encontraba más que desesperada, sentía que no podía continuar viviendo de ese modo. El peso de toda aquella responsabilidad, de la culpa, el dolor y la impotencia era demasiado para seguir soportándolo sola. 

Decidió pues que era momento de hablarlo con Thomas, que el supiera toda la verdad. Sabía que eso era peligroso, que podía causar un enfrentamiento entre él y su padre; pero también que era necesario hacerlo. 

No podía dejar desprotegida a su hermana, eso jamás podría hacerlo; al igual que tampoco podría permitir que su padre intentara siquiera dañar a Thomas. Sin embargo, no podía dejar que lo que había comenzado a nacer entre ellos y que tenía la posibilidad de ser algo grandioso se destruyera solo por la ambición de su padre. 

Tenía más que en claro que eso sería lo que pasarí