Desde el sitio en que se encontraba, Thomas podía ver las marcas que anteriormente había notado en sus hombros. Sin embargo, en esa ocasión las podía ver con mayor claridad; además de la extensión real de estas.
Podía ser como había varias de estas en su espalda, algunas más viejas que otras y eso podía verlo por su grado de cicatrización.
Sin poder evitarlo, comenzó a recorrer la piel de su espalda con la punta de sus dedos. La recorrió tan cuidadosamente que casi pareció una caricia.
En el momento en que lo sintió, el cuerpo de Catherine se puso de inmediato en tensión. Una parte de ella le alentó a no moverse ni un solo milímetro, solo ansiando su tacto sobre ella. No fue sino hasta que sintió como colocaba sus dedos en las cicatrices que tenía, que se dio cuenta no solo que las había visto; sino