Un par de semanas después, Catherine se encontraba en el salón de música ocupando su tiempo en el bordado como siempre. Todo permanecía en absoluto silencio, cuando de pronto Thomas irrumpió como siempre solía hacerlo.
No le dio la oportunidad siquiera de cuestionarle lo que pasaba, sino que apenas la vio un momento antes de darse la vuelta y regresar por donde venia.
—Sígueme —le ordeno.
Habían pasado el suficiente tiempo juntos como para saber que no tenía opción, así que solo le siguió a donde sea que se dirigiera. Fue tras él por el pasillo y hasta salir por la puerta de un costado. Atravesaron el jardín hasta los establos con tanta rapidez, que apenas fue capaz de seguirle el paso; llevándole a tener que correr en un par de ocasiones para alcanzarlo. Aquello solo conseguía ponerla cada vez más confusa y nerviosa.
No