Mundo ficciónIniciar sesiónAlgunas horas después, llegaron a la casa. Esta era sin duda hermosa, una construcción maravillosa a la mitad de la nada; donde la familia real podía ir a descansar sin que nadie les molestara.
Al arribar fueron detenidas de inmediato por un par de guardias, quienes se encontraban encargado de la seguridad del perímetro.
—Alto ahí —les exigieron con firmeza.
Ambas detuvieron su andar con rapidez y es que estaban perfectamente conscientes de que no debían estar ahí.
—Estoy aquí para ver a mi hija, ella trabaja en la cocina —les dijo Catalina, tratando de calmarlos.
—¿Quién es su hija? —le cuestionaron.
—Es Sarah, trabaja en la cocina —les explico.
—No puede entrar aquí —le hicieron saber de forma agresiva.
—Se t







