Isabella continuaba con sus dudas. Se quitó el traje de baño y lo puso a un lado para meterse a la ducha y sacar el salitre de su piel mientras seguía repitiéndose que solo sería cuestión de tiempo para que una flacuchenta sin curvas se le metiera a James por los ojos.
— Debo ser sincera conmigo misma, esto durará mientras pueda mantener esta figura, en cuanto comience a subir de peso ya no será igual — se dijo mientras se enjuagaba el jabón.
Salió de la ducha y buscó que ponerse, pero su vestido vaporoso estaba sudado, así que lo lavó en el lavamanos junto con sus bragas y lo extendió en la puerta de la ducha.
— Hace calor, amanecerá seco — pensó.
Regresó a la habitación a buscar algo para ponerse y encontró unas camisas de James.
Se puso una camisa blanca con las mangas largas, le quedaba gra