James continuaba recriminándose al haber dejado que Isabella saliera sola tan pronto con Mikel. Se figuró varios escenarios en los que las cosas podrían salir mal.
— No puedo creer que ahora esté preocupado por ella, debería dejarla trabajar, ella ya demostró de qué está hecha, pero… ¡No! Mikel no es cualquier enemigo, es el que la metió a la cárcel, y también el que la traicionó con su mejor amiga y le arrebató a su hijo, definitivamente, ¡No puedo quedarme un minuto más aquí!
James se dio una ducha rápida y se vistió con su ropa habitualmente elegante agregando un toque de distinción a su atuendo con las mancuernas de oro con el escudo familiar, lo hizo inconscientemente, ni siquiera se dio cuenta de que estaba prestando demasiada atención a su aspecto solo para ir en busca de su falsa hermana. Eso no tenía ningún sentido.
Miró el reloj de pulso y se puso en marcha.
En el bar, la pregunta de Mikel colgaba del aire esperando una respuesta.
— Quiero la verdad, detesto que la gente me