Capítulo 9
Lydia miraba fijamente las flores de luna, con el corazón latiéndole desbocado. Si se negaba a tocarlas, admitiría que había mentido. Pero si las tocaba y no tenía ninguna reacción, la verdad saldría a la luz de todos modos.

Estaba atrapada, sin escapatoria. Sus pupilas se contrajeron de pánico.

—Alfa… hoy no me siento bien…

—Tócalas —ordenó Caleb, con un tono que no admitía respuesta.

Su orden de Alfa no le dejó opción. Lydia extendió una mano temblorosa y rozó un pétalo con la punta de los dedos.

Un segundo… dos segundos… tres… No pasó nada.

Su piel no se enrojeció ni se hinchó. Ninguna reacción alérgica. Ni la más mínima molestia.

Lydia se dio cuenta de que la red de mentiras que había tejido con tanto esmero durante años… por fin se estaba desmoronando. Retiró la mano como si se hubiera quemado, y las flores cayeron revoloteando al suelo.

—Yo… creo que hoy me siento más fuerte… Todavía no me siento bien, voy a descansar…

Dicho esto, huyó de la habitación. Lydia revolvió su habitaci
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