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—Hasta que te acuerdas que tienes hijo, supongo que tantas horas perdido han servido para que tú mujer deje de jugar a ser un pájaro y todo se quede en su lugar como debe ser, ¿Verdad?.

—Cálmate papá, todo está bien, demasiado bien.

Levantó a mi hijo que se agita desesperado para que lo cargue y como no podría si es lo mejor que he hecho, Xavier mueve sus extremidades feliz y hace los sonidos más raros y adorables cuando me ataca con su boca en las mejillas con desesperación, empiezo a ver que probablemente sus primeros dientes ya van a salir, la cosa blanquecina en sus encías me lo dice y no puedo creer que alguien creyó que me iba a perder todo esto dejando que este lejos de mí.

Mi papá no me deja de mirar con ansiedad, preguntando qué fue lo que hice y más me vale no haber perdido la cabeza más de lo que ya ha pasado.

—¡Te estoy hablando!— grita y me quita al niño que se le vende cuando lo mete a la cuna al lado del sonajero de oro que tanto le gusta— ¿Que pasó con la est