Librarme del dolor constante me ayudó a recuperar las fuerzas y aclarar la cabeza, y por primera vez reparé en que el año declinaba. Me di cuenta que allá en el norte ya debía haber llegado la nieve. Y con la nieve no tardarían en llegar los vampiros. Los resultados de la ofensiva los habían tomado por sorpresa el invierno anterior, pero Mael y la reina coincidían en que este invierno vendrían preparados para dar batalla e intentarían recuperar el territorio perdido a toda costa.
Con Alfa Eamon al sur, en la Cuna, había sido Alfa Artos quien relevara a Mael en el norte en verano para que pudiéramos regresar al Valle. Y ahora que volvía a estar en condiciones de prestar atención a lo que me rodeaba, pronto advertí el desasosiego de Mael, que se debatía entre su preocupación por mí, y sus deberes como Alfa.
Milo viajaría después de N