— Tienes algún tipo de habilidad para mi trasero, ¿no? — digo riéndome. — Puedo huir mil veces, pero siempre regresas sobre este tema.
— ¡Si te molesta tanto puedo parar! — me castiga apartando sus manos de mi piel.
Es entonces cuando, aún emocionada, le hago una propuesta inusual.
— No me molesta que tengas cierto desequilibrio conmigo — Asumo mirándolo fijamente con mis ojos verdes. — De hecho me gusta — Me arrastro en la cama hasta tocar su boca con un beso, pronunciando con mis labios deslizándose sobre los suyos. — ¡Me gusta tanto que hasta estoy pensando que tal vez quiero que me folles por detrás!
Sorprendido, su rostro se aparta del mío, mirándome fijamente a los ojos.
— ¿Es en serio? — preguntó con la boca llena de agua. — Me dejarás —
Ni siquiera espera mi respuesta, simplemente lanza su brazo hacia el otro lado, trepando sobre mi cuerpo que ya estaba sobre mi estómago.
"¡Maldita sea, es realmente duro!"