— ¿Cómo es que es? — dijo perplejo. — Usted es muy —
— ¡MUY INTELIGENTE! — cortó el vampiro alzando la voz, sabiendo que iba a decir una mierda. — ¡Ya habíamos discutido esto antes, pero no hemos decidido el valor que tengo que pasarle! — mintió aprovechándose.
— ¿Ey? — rio con incredulidad.
— ¡Me parece ridículo que le cobres dinero cuando ya tienes los bolsillos llenos! — juzgado sin miedo.
— ¡Debes estar bromeando! — gruñó.
— Me recuerdas a alguien, ¿sabes? — ella no se rinde al enfrentarlo. — Le recuerda a mi hermana mediana, ¡ella es tan arrogante como tú y no se preocupa por su familia!
— Perla... tranquila cariño, no hace falta que exageres, ¿verdad?
Era muy infantil que un hombre como Benjamin l