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La Redención del CEO

La Redención del CEOES

Romántica
Sofía de Orellana  Recién actualizado
goodnovel16goodnovel
10
Reseñas insuficientes
131Capítulos
78.1Kleídos
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Resumen
Índice

Sinopsis

MatrimonioJefe / CEOEstudianteDramaCruelAmor doloroso

Nathan Moore es un hombre implacable, oscuros sentimientos, que asumirá la presidencia de la empresa familiar, pero uno de los requisitos para obtener poder que tanto ansía es casarse, idea que no le agrada para nada, porque cree que una mujer a su lado solo lo vuelve débil. Mía Lewis es una joven de dieciocho años, la princesa de papá, a la que ni siquiera el pétalo de una rosa la puede tocar. Ella será la elegida por el padre de Nathan para que sea la esposa del hombre, porque además es su consentida ahijada y cree que puede darle ese aliento de vida a su heredero. Pero cuando obligas a un hombre como Nathan a hacer lo que no quieres, reacciona de la peor manera. ¿Podrá Mía conseguir que Nathan se enamore y le tenga compasión?

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Último capítulo

  • Corazón en Custodia. Capítulo 39: La propuesta indecente

    Cuando sale al pasillo, Steve la está esperando con esa pose seductora que tanto le gusta, se muerde el labio inferior por lo que le provoca y Steve no puede evitar sentirse más atraído por ella, porque esos ojos dicen algo… no es la misma Sandy de hace un rato que se sentía incómoda.—¿Te sientes mejor?—Sí… pensé en muchas cosas, así que ya estoy mejor.—Bien, quiero llevarte por un desayuno y luego ir de paseo por el lago, tengo un…—No, quiero quedarme en casa hoy, sólo quiero salir para comer, pero luego quiero regresar. El lunes regresas al trabajo y quiero disfrutarte solitos en casa.—¡Maratón! —dice Steve entusiasmado y ella se ríe.En el restaurante hablan de diversas cosas, Steve nota más relajada a Sandy y no puede evitar sentirse mucho mejor consigo mismo. Luego de dejarla en el departamento, se regañó mentalmente muchas veces por lo que hizo y se dejó la nota mental de que no puede volver a pasar algo así.Como el restaurante les queda sólo a dos cuadras, se regresan cam

  • Corazón en Custodia. Capítulo 38: Pensamientos de ducha

    El periodo de Sandy pasa luego de unos tres días, pero ya que es fin de semana, Steve decide darse un relajo, porque al no tener que ir a la oficina, se ahorró mucho tiempo de viaje y se quedó hasta tarde trabajando, aunque no mucho porque si hay algo que descubrió que le gusta es ver dormir a Sandy y ser él quien la ayude a conseguirlo.Cuando abre los ojos, con los brazos de Sandy en su abdomen, por debajo de la camiseta, se siente en la gloria. Ella con su cabello desparramado por la almohada, sus piernas enredadas con las suyas y la boca ligeramente entreabierta.Esa visión es mucho más erótica que tenerla desnuda bajo su cuerpo, aunque eso todavía no sabe cómo es.Se queda deslumbrado observando a su mujer, sonriendo al verla tan relajada.—Si hasta parece un ángel —dice bajito.De pronto, su «ángel» comienza a bajar su mano por su cuerpo, a moverse poco a poco y sin darse cuenta, su mano termina en su erección matutina.Steve da un respingo, trata de moverse con cuidado para no

  • Corazón en Custodia. Capítulo 37: Sin anestesia

    Para Steve que le digan «compra todo lo dulce que veas» es tan literal como «ve por pollo». Y, aunque hay cosas que sabe a Sandy no le gustarán, por lo que las deja de lado, de las que sí le lleva muchísimas. Al llegar a la caja, la gente lo mira con rareza, mientras que el chico se ríe. —El cumpleaños de su hijo estará de lujo —Steve da un respingo y niega. —¡Oh, no! Yo no tengo hijos, esto es para complacer a mis suegros y mi novia, nada más. —Al menos hay una cosa segura, si no los complace, seguro les da diabetes. Le empacan todo en grandes bolsas y se va a casa, pensando en eso de ser padre. No es algo que hubiese pensando antes, porque su vida ni siquiera admitía la posibilidad de tener una sola mujer en ella, pero ahora que ha sentado cabeza y que Sandy es la indicada, sonríe al imaginarse un pequeño por allí corriendo. —Te ruego, Diosito, por favorcito… no dejes que me salgan niñas o pagaré mis pecados con colon irritable y las

  • Corazón en Custodia. Capítulo 36: Más te vale que la cuides

    Steve pide que le manden todo el trabajo a su correo, llama a su madre para decirle que no podrá ir a la reunión mensual porque Sandy no se siente bien y ella le dice que su chica es la prioridad, después de todo Nathan siempre hizo lo mismo con ella.Llega al cuarto para ver si ella se terminó su té y la ve adormecida, le quita todo, le deja las flores al lado de la cama y sale de allí. Al regresar, vuelve con varias de las cosas que ella va a necesitar y las deja en el baño, cuando sale ella no puede evitar preguntarle.—¿Qué era todo eso?—Oh, las cosas que ocupas en tu periodo, así que puedes quedarte conmigo todo el día y la noche, por todo lo que dure —le dice metiéndose bajo la cobija y acercándose a ella.—Steve, sólo hubieses traído algo de lo que tengo en mi departamento, no era necesario —le dice ella en voz baja y ligeramente avergonzada.—Quiero ocuparme de ti con todo. Una vez me dijiste que tu padre hacía todo eso por ustedes, ¿por qué no puedo hacerlo yo por ti?—Porqu

  • Corazón en Custodia. Capítulo 35: Un novio atento

    Esos días para Sandy y Steve pasan normales, sin pensar mucho en lo que había pasado con Lilian, pero los padres de ambos estaban al tanto de todo, como para tener mucho cuidado de lo que podría pasar.Sandy se levanta con un ligero dolor en la espalda baja, pero no le da mucha importancia porque sabe perfectamente de qué se trata. Se mete a la ducha, se viste con rapidez y toma las previsiones del caso.—Este mes será horrible —dice en un susurro y sale de su cuarto pensando en que deberá pasar por la farmacia algo para el dolor.Al salir al pasillo, toca la puerta de Steve porque se han acostumbrado a tomar el desayuno juntos, ya luego él se va a trabajar y ella se queda en casa leyendo o haciendo otras cosas. Steve abre la puerta y va con el teléfono en la oreja, pero en cuanto ve a Sandy cambia su sonrisa por una expresión de preocupación.—Madre, te llamo luego, Sandy no se ve bien. Sí, yo te digo cualquier cosa —tira el teléfono en la mesita al lado de la puerta y levanta a Sand

  • Corazón en Custodia. Capítulo 34: Una confesión

    Sandy va mirando por la ventana, algo nerviosa y pensando por qué Steve está tan callado, si porque ver a su ex le despertó viejos sentimientos o si es porque no tiene idea cómo actuar frente a la situación.Sea cual sea, no es algo que quiera hablar en espacio público ni mientras él va conduciendo, así que decide esperar a llegar al departamento para aclarar el asunto, sólo que de pronto se da cuenta de que no van al departamento.—Creí que me llevarías a casa —le dice ella con suavidad.—¿Cómo podría llevarte a casa si te golpeaste, cariño? Un doctor debe revisarte, quiero asegurarme de que esa loca de mi3rda no te provocó alguna lesión más grave.—Estoy bien, al menos sé que no es una fractura.—Pero debemos ir de todas maneras, porque necesitan esa información para el expediente y así aprovechamos de ver cómo está el hombre del otro auto —Steve le dedica una de esas sonrisa sinceras que tanto ama y sabe que ella es la única se siente rara al respecto.Y es lógico… después de todo

  • Corazón en Custodia. Capítulo 33: El pasado que viene a molestar

    Los días a Steve se van pasando entre ir a la oficina, trabajar y regresar a casa para estar con Sandy. Ya no la deja acompañarlo porque sabe que se aburre, nada de lo que él hace es de su interés, además… merece hacer lo que se le pegue la gana después de tanto tiempo sin vacaciones.—Señora Rangel, escanee estos documentos, por favor, y los envía a la obra de Houston. Hoy no estoy para nadie, tengo mucho que hacer.—Sí, señor.Steve camina hacia su oficina, se encierra allí a hacer lo suyo, pero un mensaje de Sandy lo saca de su mundo serio y cerrado, para arrancarle una sonrisa boba y enamorada.Recibido de Amorcito: «Quiero invitarte a almorzar, no me quiero aguantar a verte por la tarde, pero sólo si no tienes mucho trabajo.»Enviado a Amorcito: «Por ti el trabajo puede esperar, así que espero dónde me quieres ver y yo estaré allí puntual.»Sandy lo cita en el restaurante al que fueron a comer el día que les dijo a sus padres que ellos son novios, así que teniendo el lugar y la h

  • Corazón en Custodia. Capítulo 32: Una advertencia seductora

    James se despide de su hija en el pasillo y le dice que al día siguiente irá a visitarla de nuevo.—¡Oye, Moore! Mañana vengo por ti, más te vale que sepas pescar —le advierte James y él levanta los pulgares.Después de aquella respuesta a su amenaza tan de macho Alfa, pecho peludo, músculos de acero, James sólo pudo sentir respeto por él y asentir.Ninguna de las nenitas frágiles a las que intimidó antes le respondió de esa manera, por lo que se ganó la mitad del camino. Pero, como todos los pretendientes varones, debe pasar la segunda prueba: la tropa de amigos desquiciados.Y no es porque sea ajeno a ellos, ya que incluso Ethan Finnick* debió pasar su prueba para estar con Victoria Collins**.—Papi, no seas duro con él, le basta conmigo.—Te prometo que yo no haré nada, pero no puedo comprometer a los chicos.—¡¿Qué?! ¡¿Trajiste a los locos de tus amigos?!—En mi defensa, ellos me trajeron aquí, a pescar —James se encoge de hombros y le da un abrazo a su hija—. Te veo feliz y sólo

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  • UNA LUNA PARA EL ALFA
  • El CEO misterioso
  • El azul de tu mirada.
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131 chapters
Capítulo 1: Un ángel al infierno
La Redención del CEO/Sofía de Orellana
Día de la boda…La madre de Mía la ayuda a terminar de arreglarse, mientras que el equipo estilista que contrató su padre deja la habitación en silencio, luego de haber maquillado y peinado a la novia. Ambas miran el espejo y sonríen felices, no parece una princesa, se siente así, como si estuviera viviendo su propio cuento de hadas.Mía se da la vuelta y puede observar a través del delicado velo de encaje que su madre está llorando.—No llores, mami —le dice ella con su melodiosa y delicada voz—, no me iré para toda la vida. Podré visitarte y tú también podrás hacerlo… estaremos a un auto o un teléfono de distancia.—Yo debería consolarte a ti… —dice la mujer, limpiándose las lágrimas—. Soy una tonta, pero no puedo dejar de pensar que te perderé.—No me perderás —le dice ella tomando sus manos y regalándole esa sonrisa hermosa—. Más bien, ganarás un hijo, ese que no pudieron tener… y yo ganaré al amor de mi vida.—Eso espero… ese hombre es tan extraño, su mirada parece la de un hombr
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Capítulo 2: Tan sólo un abusivo más
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Mía se siente flotar mientras recorre el camino hasta el altar. No puede evitar dejar salir un suspiro al ver a Nathan parado allí, se ve tan imponente, con su porte serio, su altura y su expresión de que sería capaz de ordenar al mundo detenerse.Cuando llegan hasta él, Todd le entrega la mano de Mía, la recibe sin esbozar ni una sonrisa, ninguna expresión. Pero, al tocar los finos dedos de la chica, siente una especie de calor, electricidad, algo muy diferente y retira la mano enseguida.Se voltea para mirar al frente, con sus manos entrelazadas y haciendo un esfuerzo para no volver a mirar a la chica.La ceremonia inicia en silencio, uno al lado del otro. Mía no deja de sentir que su corazón saldrá de su pecho, aquella sonrisa es genuina y contagiosa. A ratos, Nathan la mira y hace lo posible para no sonreír, porque ella le está cambiando sus planes.Cuando el padre les pregunta si aceptan ser marido y mujer, Mía acepta sin dudarlo. Pero cuando le corresponde a Nathan, se queda en
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Capítulo 3: El castigo por amar
La Redención del CEO/Sofía de Orellana
Dos meses atrás…Tyron Moore entra a la oficina de su hijo, acompañado de su padre, quien toma asiento frente al hombre con cierta dificultad.—Abuelo, no debiste venir… podría haber ido yo a visitarte.—Me temo que no podía esperar, hijo… —Nathan puede ver el rostro de su abuelo y sabe que hay algo grave detrás de aquella visita.—¿Qué pasa? —Nathan se pone de pie y se acerca al hombre, para arrodillarse frente a él.Norman Moore es para Nathan su verdadero progenitor, haría por él cualquier cosa con tal de hacerlo feliz, pero últimamente insistía que debía casarse y en eso no se estaban poniendo de acuerdo.Porque para Nathan la libertad de ir y venir por la empresa sin tener que preocuparse por nadie era impagable.—Venimos del médico —le dice su padre—. Las noticias no son alentadoras.—Tengo cáncer, Nathan —le dice el hombre con la voz baja sin más preámbulos, porque no es necesario—. Me queda al menos un año de vida… quizás uno y medio. Por eso, vengo a rogarte que te cases, no
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Capítulo 4: Las marcas de un secreto
La Redención del CEO/Sofía de Orellana
Limpiar los baños, trapear los pisos, limpiar los cuartos, ayudar con la cocina, podar las flores… sus tareas todos los días eran diferentes, pero siempre las terminaba. Y lo que más le encantaba a aquellas mujeres, era que lo hacía bien y en el tiempo que se le daba o antes. Y no les gustaba porque les aliviara la carga, sino poque sabían que eso dejaría a Nathan atragantado con sus palabras. Llevaba en aquella prisión una semana, no había visto a Nathan ni por casualidad y no se atrevía a preguntar por él, no fuera que lo invocara y apareciera para humillarla aún más, aunque pensaba que eso ya no era posible. Ese día, en que hay un sol radiante y una brisa deliciosa, sale a caminar en su hora de descanso y se da cuenta que en el patio trasero hay una perrera. Camina hacia el lugar, pero el jefe de seguridad, quien descubrió se llama Jason, la detiene. —No le recomiendo que vaya hasta allí, esos perros solo obedecen al señor, por eso permanecen encerrados cuando él no está. —Per
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Capítulo 5: Valentía por la distancia
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Los días siguieron pasando, las manos de Mía se acostumbraron al trabajo duro y ella se veía realmente feliz en aquella casa. Nadie diría que venía de una de las familias más adineradas de la ciudad, socia de la familia de su esposo, porque no le importaba sudar al sol, mientras arrancaba hierbas y plantaba nuevas flores. Se detiene para descansar un momento, bebe agua de una botella y mira de nuevo el refugio de los canes. Mira a todos lados, se da cuenta que nadie la observa y camina hasta el lugar con especial sigilo. Se encuentra con cuatro pitbull, reconocidos por su agresividad cuando se les entrenaba de esa manera. En cuanto la ven acercarse, le ladran furiosos, como si supieran que su dueño la detesta, pero ella comienza a hablarles tranquila, sin temor, y acerca su mano poco a poco para que la huelan. Uno de ellos se calma un poco, solo le gruñe y saca apenas el hocico por una rendija de su prisión, ella aprovecha para acariciar su nariz y le habla con ternura. —¿Qué le p
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Capítulo 6: Los efectos del trabajo
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Mía abre los ojos, se prepara para ir a trabajar y al salir, se encuentra un desayuno listo en su puesto. Al acercarse se da cuenta que es un pocillo con cereales y leche, además de una fruta. —Buenos días… yo podía prepararme mi desayuno, pero gracias —le dice a Giovanna con una sonrisa. —Mientras el señor no esté, déjeme consentirla. Mía asiente, se come su desayuno en silencio y luego se pone de pie para lavarse los dientes, algo en lo que Giovanna pone especial atención, por encargo del doctor. Pero no oye nada extraño, así que corre a su puesto antes de que la muchacha salga del baño. —Bien… creo que hoy no me verán mucho por aquí, más que para el almuerzo y la cena —dice buscando guantes de limpieza y otros artículos que va a necesitar—, por encargo de mi esposo, debo limpiar el ático. —Señora… eso es mucho trabajo, deje que alguien le ayude… —No, señora Giovanna, él no dijo que podía hacerlo con ayuda y no quiero que falten a sus órdenes. Sale de allí con todas las cosas
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Capítulo 7: En otro mundo
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Un par de horas después, Mía abre los ojos y sonríe al ver que Steven está allí. Él se acerca para ver cómo está, con el temor de lo que pasará de allí en adelante. —¿Cómo te sientes? —Bien… aunque algo cansada, es como si mi cuerpo estuviera sin energías —Steven no quiere decirle que Nathan llegó, pero no le queda más remedio, porque seguro en cualquier momento el hombre volverá. —Mía, tengo que decirte… que el señor Moore llegó. —Supongo que no podía estar sola para siempre, ¿verdad? —su sonrisa es triste y eso le retuerce los sentimientos a Steven. —Me ordenó que te llevara a la casa en cuanto despertaras. Mía solo asiente, no es que pueda oponerse tampoco, pero haber estado un par de horas en un lugar en donde se sentía cómoda y protegida le deja la sensación de que allí es donde quiere estar. Steven llama a Dalia y le pide que lo ayude a llevar a Mía hasta a la casa. Al llegar, la mujer le indica en dónde se quedará y Mía no puede ocultar su sorpresa al saber que será en e
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Capítulo 8: El aroma del insomnio
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Los primeros rayos del sol le llegan en el rostro, coloca la mano en frente para poder abrir los ojos y se da cuenta que se quedó dormido en el sofá. Le duele la espalda y el cuello, pero no es eso lo que le molesta, sino que está cubierto por el edredón de la cama. —Esta chiquilla, no entiende que debe cuidarse… Se levanta con dificultad, realmente molesto, pero luego se le espanta todo cuando ve la escena más adorable que ha visto en mucho tiempo. Mía está hecha un ovillo en la cama, abrazada a una almohada y todo su largo y bello cabello está desparramado. Coloca el edredón de regreso, porque es evidente que tiene frío, se va al baño y se mete a la ducha, sin dejar de pensar que esta es la primera vez que comparte la habitación con una mujer de esa manera tan íntima. Al salir, se cubre con una toalla por la cintura y sale para buscar la ropa que usará ese día, pero no cuenta con que Mía ya está despierta, sentada en la cama. Ella se queda con los ojos muy abiertos, observando
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Capítulo 9: Una ilusión muerta
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Por la mañana, Mía se siente muchísimo mejor. Cuando abre los ojos, está confundida, porque no es donde ella se quedó a dormir. Nathan no está allí, lo que agradece, porque no quiere enfrentar su mirada de odio.Suspira como siempre y se levanta, llaman a la puerta y tanto Dalia como Steven entran a la habitación.—¡Pero qué maravilla! —dice la mujer feliz de verla más repuesta—. Le traigo el desayuno.—Y yo vengo para quitarle la vía, ya no será necesario que la tenga puesta.—Esa es una buena idea… espero que no se moleste, pero… no comeré aquí, bajaré a la cocina —la mujer deja la bandeja a un lado y se acerca a ella—. Doctor, si puede sacarme esto, para que pueda ir a bañarme y comenzar con mi trabajo.—Hoy debería hacer más reposo, señora —le dice Dalia, pero Mía niega con la cabeza.—No, ya estoy mejor y no me ganaré los gritos de Nathan. Es mejor que salga de aquí lo antes posible.Steven hace lo que le toca, Dalia toma la bandeja y los tres bajan al primer piso. Mía se va dire
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Capítulo 10: La que una vez fue una niña risueña
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Todos están paralizados en la cocina, escuchando los gritos y la reacción de Nathan, pero nadie puede hacer nada. Hasta que Steven se cabrea, se pone de pie y camina con decisión hasta el hombre, para luego apartarlo de allí con violencia. —¡Basta! ¡¿Me puedes explicar qué demonios te pasa con ella?! —¡Pues esto me pasa! —Nathan le muestra la mano ensangrentada y Steven abre mucho los ojos—. ¡La tomé por el brazo y se quejó! Le pregunté qué le pasó y salió corriendo. —Porque seguro le preguntaste así… ¡Como un maldito cavernícola enojado! —aparta a Nathan y llama a la puerta con suavidad—. Mía… soy el doctor Sanders, abre la puerta. —¿Mía? ¿Acaso tuteas a mi esposa? —le dice él molesto y Sanders le dedica una sonrisa de burla. —Cualquiera que te oiga creerá que estás celoso. —¿Celoso yo… por ella? ¡Vamos, Steven! Esa muchacha no despierta ni un mal sentimiento, me molesta que tengas esa cercanía con ella, porque sigue siendo mi esposa y quiero que mantengas tu distancia con ell
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