Yuri.-
Recupero el aliento después de desahogar mi ira con mi amante, no se movía, solo sollozaba.
— Ya no me sirves –saqué mi arma y apunté a su cabeza, la sangre de inmediato salpicó por todo el lugar.
(…)
— Limpien mi habitación, remodelen todo –le ordené a la servidumbre.
Caminé hasta mi oficina, con Igor mi hombre más leal.
— Tráeme al imbécil del italiano, es hora de poner en marcha el plan B.
Cuando Nadia Koleva se reencuentre con su primer amor será interesante, ahora con el imbécil de Emil en cama, no hay nadie que la proteja.
— Aquí lo tiene señor.
Igor empuja al italiano a trompicones, temblando como el cobarde que es.
— Ha llegado el momento de pagar por tu vida, vas a reencontrarte con Nadia, volverás a Italia y te dejarás atrapar por los hombres del Dragón.
— ¡¿Qué?! ¡pero, me van a matar!
— Definitivamente el amor es ciego, no sé qué vio Nadia en ti –mi gesto es de puro asco–. harás lo que yo te diga o te convertiré en la puta de mis hombres, muchos de ellos