Emil.-
Pese a lo que dijera el médico, iba a levantare de esta cama sin importarme nada, cuando Desmond me dijo que Nadia fue sola a una misión casi le arranco la cabeza con mis dientes.
Tenemos un traidor en la organización ¿Cómo sé que ya nuestros enemigos no están enterados del embarazo de Nadia?
Me coloco la camisa ignorando la punzada de dolor en mi costado, cuando la puerta se abre de golpe.
Veo a Desmond con el rostro pálido, apretando su celular con una fuerza extrema y el cuerpo tenso.
— ¿Qué sucede?
(…)
— ¡TE LO DIJE, MALDITA SEA! –alzo mi puño hacia su rostro, sin que me importe que mi herida–. vuelve a Bucarest, busca a Lina.
Mi respiración se agita por el dolor de la mentada herida, tengo que pensar con cabeza fría, en ese momento otro de mis hombres entra con el rostro desencajado.
— Señor, los hombres que acompañaban a la señora…
No tuvo que decir más nada… supe que Nadia no estaba bien.
Llegamos al lugar mis autos estaban en llamas y mis hombres tirados y apil