Salvada por la campana de tener que aguantar más estupideces, reclamos tontos y chillidos de niña pequeña en mitad de un berrinche. Nunca estuve más feliz de ver a un empleador, de lo que lo estoy ahora de tener al presidente frente a mí.
-Mailena, ve a tu cuarto, te dije que no salieras salvo que fuera una emergencia, que si necesitabas algo, le avisaras a tu madre, parece que no recuerdas que no debe verte nadie hasta que te traslademos a un lugar seguro.
-Pero papá...
-No quiero escuchar ningún pero. Ya que parece que no te preocupa tu seguridad, tengo que obligarte a protegerte porque a mí sí y como no cumplas lo que se te dice, cerraré esa puerta con llave.
-No te atreverías...
-Ponme a prueba.
-Mamá no te lo permitirá.
-Tu madre tendrá que aceptar lo que diga sin chistar en lo que a ti respecta, hasta que la amenaza ya no exista, si quiere que tú sobrevivas.
-Ya no tengo cinco años, no puedes encerrarm