Capítulo 79

Gracias a Dios o a quien sea que esté del otro lado, si es que hay algún otro lado, por suerte, mi pronóstico inicial se cumple y, en lugar de que nos lleven a un contenedor para embarcarnos, nos llevan hacia una de las bodegas, más precisamente, a una habitación en el fondo que creo, antes era una oficina o un almacén de expedientes, porque no es muy grande.

Ahora, vacía de casi todos sus muebles, solo hay un colchón que ha visto días mejores, y una botella de agua a un costado, la cual imagino que sería una mínima consideración hacia Mailena de parte de estos idiotas. Tal vez, cortesía del Ken humano, aunque lo dudo, mas es el único que podría llegar a pensar en algo así.

En fin, en cuanto estamos dentro, el idiota que lleva a la niña de papi en brazos la deja sobre el colchón, y el otro, me pone contra la pared, apuntándome con un cuchillo sobre mi cuello, lo que me obliga una vez más a actuar como una cobarde y llorar y temblar como si, la sola sensación del roce del frío y afil
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