Capítulo 296
Mística estaba detrás de mí, y antes de llegar a la pista, Mav me levantó en sus brazos y me llevó el resto del camino.

—¿Qué tienes con cargarme a todas partes? —pregunté, y él levantó una ceja y sacudió la cabeza.

—Bueno, por un lado, me gusta tenerte en mis brazos y, por otro, solo llevas calcetines peludos. —dijo, y me reí, dándole un beso en la mandíbula mientras me colocaba dentro de la jaula. Mística saltó a la parte trasera una vez más.

Mav se subió a mi lado y Sabueso estaba al volante. Mav entrelazó nuestros dedos y llevó nuestras manos unidas a su boca, besando mis nudillos.

—Nunca más nos dejes. Te estaré vigilando de cerca a partir de ahora. —dijo. Asentí con la cabeza mientras charlábamos sobre lo que había visto y lo que sabía. Él y Sabueso escuchaban y hacían preguntas. Incluso se rieron cuando les conté lo que Suerte hizo con la ketamina, pero luego ambos me regañaron cuando les dije que intenté huir.

Pero lo entendieron. Necesitaba volver a ellos, pero ya no importaba
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