Me giré para mirar a Rodri. Le hice un gesto con la cabeza y él asintió una vez.
—Por Luna Cielo —dijo, y le dediqué una triste sonrisa.
Miré a Sonia, cuyo pecho subía y bajaba agitadamente mientras observaba a Néstor.
—Él no te ayudará. Mi madre tiene asuntos pendientes contigo, Sonia. Así que te mantendremos viva, y ella va a jugar un pequeño juego contigo. Se llama '¿cuánto tiempo puedes seguir con vida?' —dije, riéndome mientras ella se retorcía y me gritaba. Eso solo me hizo reír más fuerte.
Miré a los otros cinco.
—Debido a la ley de la mafia, como ninguno de ustedes cinco está asociado con nosotros de ninguna manera, serán entregados a RICO y al FBI. Todos enfrentarán condenas de prisión. No saldrán vivos de allí. Llévenselos —ordené mientras los miembros del club se acercaban y los noqueaban antes de llevárselos.
Miré a Sonia, que estaba hirviendo de rabia. Me reí de eso. No haría nada. Permitiría que mi madre se encargara de ella.
—¡Rebel, por favor, no puedes hacer esto. Soy