Punto de Vista de Daniel
Entré al penthouse y fui hacia la habitación, sonriendo al ver a Guadaña y Rebel abrazados y desnudos encima de la colcha. Parecía que por fin lo habían hecho.
Me quité el saco del traje, lo colgué y me desabroché la camisa mientras me dirigía al baño a ducharme. Después de ducharme y ponerme la ropa cómoda, salí del baño descalzo y sin camisa.
Sabía que Guadaña le había dicho a Rebel que yo estaba en el club, pero eso había sido mentira. En realidad había estado en la casa que compré para que viviéramos los tres. Era una sorpresa para Rebel.
La casa era espaciosa; sabía que Rebel quería hijos, y Guadaña y yo también. Sería una madre increíble: valiente, fuerte y llena de amor. Cada día descubría algo nuevo en ella que me hacía amarla más.
Me había preocupado que se fuera a aburrir de vivir una vida normal, pero se había adaptado como pez en el agua. Un gemido vino de la sala y me acerqué a ver a la nueva integrante de nuestra pequeña familia caótica.
Le había