—Chicos, vámonos. Gianni ya no forma parte de esta familia. Es un prisionero del rey y la reina de la mafia —dije mientras mis hermanos y mi tío Marco asentían. Miré a Gianni una vez más antes de escupir frente a él. Fue lo más bajo que pude hacerle. Ya no era nada para nosotros.
Le di la espalda con la cabeza en alto mientras salía de la habitación,con Ryder tomándome de la mano. Cada paso que daba era un temblor. Ryder me transmitía una fuerza que no sabía que necesitaba... hasta que por fin dejamos atrás la sala roja.
—Lo hiciste bien, princesa. Ven aquí —me levantó en brazos y me refugié en sus brazos. Mi hermano y el tío Marco estaban a nuestro lado.
—Estoy orgulloso de ti, hermana. Tomaste el control como una verdadera Doña —dijo Nicolás. Solo asentí, refugiándome más en Ryder. Su aroma, su calor y su presencia me tranquilizaban. Ryder era mi fortaleza cuando no sabía que la necesitaba. El día de hoy había sido jodidamente duro y emotivo, por decir lo mínimo.
Unas horas más tarde