Alejandro
I. El Despliegue del PSF
La guerra que Isabella me entregó no era una batalla; era una Arquitectura de Sombra. El Protocolo de Sobrecarga Funcional (PSF) no era una distracción, sino una condena a la absorción total. Al salir de la suite aquella mañana, con la unidad de estado sólido quemándome la palma de la mano, sentí el regreso de la adrenalina. No era la euforia de la conquista, sino la necesidad brutal de la función.
Isabella había tejido la red del fantasma de Elías con una complejidad digna de mi propio miedo. El ex-amante de la Ceniza no había buscado riqueza superficial; había diseñado una fusión silenciosa y corrosiva. Utilizando micro-préstamos de bancos zombis en el Pacífico, había adquirido participaciones minoritarias en start-ups de energía limpia y tecnología de redes cuánticas. Su objetivo final no era monetario: era el control de la infraestructura de comunicación del futuro, la base misma sobre la que Cifuentes Holdings pretendía construir la próxima déca