Reflexiones de Isabella (El Yo Disuelto)
Diez años. El tiempo, antes una métrica cuantificable en ciclos de castigo y recompensa, se había convertido en un río perezoso y sin protocolo. Diez años después del Colapso del Mantenimiento en el Piso 78, la Ceniza estaba, por fin, muerta. No asesinada, sino desmantelada por la necesidad de función que Alejandro y yo habíamos encontrado en el Protocolo del Perdón Mutuo (PPM).
Nuestra historia no terminó con fuegos artificiales ni un final de cuento de hadas. Terminó con una crisis logística en un hotel de carretera en Nueva Jersey, con una pizza grasienta y el terror mutuo de la vulnerabilidad. El final de los protocolos no fue el paraíso; fue la incertidumbre máxima.
I. El Contrato del PPM: Diez Años de Riesgo Controlado
Nos quedamos juntos. No por el Legado, que ya no nos necesitaba, ni por la Estructura, que se gestionaba sola. Nos quedamos porque éramos dos mitades de un sistema que había funcionado en la adversidad y que no sabía cómo f