—No necesito que me ayude nadie. Sé cómo arreglar mis asuntos, ¡así que no te metas!
Las palabras de aquel tipo le revolvían el estómago a Sebastián. Para colmo, Leo no tenía ni idea de los secretos que guardaba, y lidiar con su humor ya lo tenía harto.
—Si pudiéramos arreglarlo solos, ¿crees que habría ido a buscarla? Hemos hablado con la gente de Wonder Cinema mil veces, ¿y cuándo nos han hecho caso? Regi dijo que su mamá tiene algunos contactos con la familia Figueroa, es la oportunidad perfecta para que nos ayude, ¿no crees? ¿Por qué te pones así? Te vas a casar con ella. Van a ser una familia, un equipo. Si sigues encerrado en el pasado, ella tampoco va a ser feliz contigo.
Cuando Leo terminó de hablar, tomó lo que había pedido para cenar y se levantó.
—Me voy a comer a otro lado para no molestarte.
Cuando la puerta se cerró, Sebastián se quedó sentado en silencio por un momento, con la mirada ausente.
—Ding.
Tomó el celular y vio que era un mensaje de texto. Al abrirlo, su expres