Regina quiso incorporarse.
Andrea se apuró a tomar una almohada y la acomodó detrás de ella para que pudiera recargarse. Luego volvió a sentarse en la silla y le explicó:
—Le pregunté a Gabriel. Él fue quien me dijo.
Regina la miró confundida.
—Ayer te mandé un mensaje, pero en vez de contestar, me marcaste sin querer. Alcancé a escuchar todo lo que te decía ese tipo. Cuando ibas a levantar el celular, colgué para que no se dieran cuenta.
El celular de Regina estaba en el buró. Lo tomó y abrió la aplicación para revisar. Y sí, ahí estaba la llamada de voz que le había hecho a Andi el día anterior. Seguramente fue cuando la golpearon y el celular se cayó al suelo; debió haberse marcado solo.
—En cuanto me di cuenta de que estabas en problemas, llamé a la policía, pero me dio miedo que tardaran mucho en llegar, así que también le marqué a Gabriel.
Andrea sabía que Regina no quería saber nada de él en esos momentos. Con preocupación, le dijo:
—Regi, por favor, no te enojes.
Le pareció un