Sabía que no podía divorciarse de Regina.
Se masajeó la frente y, aun así, le marcó a Alan.
—Que Stelar Entertainment retire la inversión para el guion de Mónica.
El asistente se quedó perplejo, pero como era un simple empleado, no se atrevió a preguntar nada y aceptó la orden sin demora.
Después de colgar, Gabriel se levantó y bajó las escaleras.
***
Regina no podía dormir.
El contenido del guion le revolvía el estómago y la enfurecía.
En ese momento, el celular volvió a sonar.
Era un número desconocido.
Contestó. La voz resentida de una mujer taladró el auricular.
—¿Quieres acabar conmigo?
Reconoció la agresividad en esa voz: era Mónica. Esbozó una mueca de desprecio.
—Si te quieres morir, pues muérete, pero a mí no me molestes.
Estaba a punto de colgar, pero la otra voz venenosa la detuvo.
—¿Crees que ganaste porque obligaste a Gabriel a retirar la inversión? Te lo advierto, la paciencia de un hombre tiene un límite. Tarde o temprano se va a hartar de ti.
—Ah, así que me marcas porq