—Está de viaje de trabajo.
Su amigo no lo podía creer. ¿En serio lo había sacado de su casa para ir a tomar solo por eso?
—A ver, a ver. ¿O sea que te sientes solo y por eso me hablaste? ¿Soy tu plan B o qué?
Gabriel volvió a tomar el celular para revisarlo.
Sebastián Sáenz supo de quién esperaba un mensaje.
—No es para tanto, es solo un viaje de trabajo. Regresa en unos días. Mírate, traes una cara de amargado... Entonces, ¿sí te gusta?
La palabra "gusta" pareció sorprenderlo. Hizo una pausa antes de responder con voz neutra:
—No son unos días. Se va por seis meses.
—¿Tanto tiempo?
Sebastián exhaló una bocanada de humo.
—A ti te sobra el dinero. Si no quieres que se vaya, pues dale dinero para que no tenga que trabajar y ya.
—No usa mi dinero.
La tarjeta de crédito que Gabriel le había dado a Regina tenía fondos más que suficientes para cubrir todos sus gastos, incluso para que se diera lujos. Sin embargo, solo la había usado una vez para comprar los electrodomésticos de la casa. Desp