Al escuchar su respuesta, el corazón de Regina se aceleró.
—Entonces, ¿a dónde quieres ir a comer?
Ella se volteó a verlo.
—¿No que me ibas a invitar a comer? —dijo Gabriel con calma.
Ella echó un vistazo rápido por la ventana del carro.
—Aquí está perfecto.
Estaban cerca de Plaza Dorada. El centro comercial tenía muchísimas opciones para comer y todos los restaurantes eran agradables.
Gracias al like que le dio Sebastián Rivas, las ventas de la ropa de la tienda habían alcanzado un nuevo récord, y los fans del cantante agotaron todas las joyas que ella había diseñado. Ayer, siguiendo el consejo de Andrea, había abierto una preventa en línea y también empezó a aceptar pedidos en la tienda física.
Su amiga no le cobraba mucha comisión, así que la mayor parte de las ganancias iban para ella. Por eso, en ese momento andaba muy bien de dinero.
Alan los dejó en la entrada número dos y se fue a estacionar el carro.
Regina y Gabriel subieron por la escalera eléctrica. Como ella trabajaba ahí,