Capítulo 13
Seguimos con los besos, yo sentada en sus piernas, mientras el aún respiraba agitado.
—¿Te... Te gustó? — pregunté como una tonta tímida.
—Preciosa, me hiciste tocar el cielo con las dos manos, Pero necesito devolverte el favor.
Lo bese nerviosa
—Quizas después de la fiesta, tengamos otra reunión privada en el estudio.
El sonrió, sabia lo que quería decirle, y lo que pasó solo era el inicio, entre a su baño privado para lavarme las manos, y arreglarme un poco el peinado.
Mi corazón se me salía del pecho, repito no se que me pasaba, estaba perdida en este sentimiento que crecía dentro de mi, que me hacía perder la perspectiva de lo que pasaba.
Al salir, el abuelo estaba sentado en una silla, miraba a la nada, no reconocía a nadie del lugar.
Me acerque y tome sus manos
—Estoy con usted, puede contar conmigo.
Sonrió, cada vez que yo le hablaba, había un gesto que me hacía darme cuenta que me escuchaba.
Santiago empezó a hablar frente a todos, un discurso de los logros de su